martes, 30 de julio de 2013

Descensos rápidos con los dedos

No por tocar más notas vas a cobrar más, ni vas a llegar antes a tu casa por tocar más rápido. Sin embargo, es bueno tener velocidad de sobra en nuestra mano derecha (izquierda si eres zurdo) para poder ejecutar algunas frases que requieren velocidad. A veces hay que doblar un riff del guitarrista y otras, simplemente, aguantar el tipo en un tempo mortífero en su lentitud. Ambas facetas son importantes.

En este artículo vamos a ver cómo ejecutar descensos rápidos con los dedos, entendiendo por descenso una serie de notas que van de agudo a grave, en cuanto a su altura, y de las cuerdas más agudas a las más graves, en el mástil. De todas las formas posibles de percutir con la mano derecha, esta técnica se puede aplicar a la que utiliza dos dedos, índice (1) y medio (2), y también a la de tres dedos (índice, medio y anular, 1 - 2 - 3).

Ya vimos cómo ejecutar descensos rápidos con púa. Podríamos ejecutar esta técnica sustituyendo la púa por el dedo índice, o cualquier otro. También se puede sustituir la púa por el dedo pulgar y hacer un ascenso rápido. Esta técnica se usa poco en bajo, así que puede ser un terreno a explorar.


Veamos ahora el descenso con dos dedos. La figura 1 muestra un descenso de pentatónica mayor de C. Los números que hay debajo del tabulado se corresponden con los dedos de la mano derecha. Vemos cómo, al cambiar de cuerda, repetimos dedo. Van unidos con una ligadura para representar que se trata del mismo golpe. El dedo percute la cuerda y, continuando su movimiento natural, percute la siguiente. Una vez en la siguiente, cambiamos de dedo.



Fig. 1

El mismo principio puede aplicarse, como hemos dicho, a la técnica de tres dedos. Para evitar tropezones practicaremos esta técnica muy despacio hasta que no tengamos que pensar en dedos, ni cómo alternarlos. Y lo practicaremos con alguna frase, escala, etc, que dominemos a la perfección, para no añadir estrés pensando en los dedos de la mano izquierda, trastes, etc. Una vez dominado en lento ya nunca tendremos que pensar en qué dedo usamos para percutir qué cuerda, sino que se habrá convertido en algo automático, permitiéndonos pensar en otras cosas.


Si nos acostumbramos a utilizar esta técnica, no sólo mejoraremos nuestra velocidad, sino que nuestros descensos serán más fluidos y libres de tropezones.

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