Introducción
El bajo, lo mismo que la batería, es un
instrumento que ejerce de acompañante la mayor parte del tiempo, aunque en
determinados momentos puede ―o debe― ejercer de solista. Ambas formas de funcionar,
el modo solista y el modo acompañamiento, no son compartimentos estancos, sino que
van de la mano. Pensemos en ese relleno al final de una sección para
pasar a la siguiente, o en esa intro que requiere cierta melodía. En estos
mini-solos, o en los solos propiamente dichos, utilizaremos todo lo que sabemos
de una forma distinta a cuando funcionamos en modo acompañamiento, por lo que
merecen capítulo aparte. Aquí nos centraremos en cómo aplicar todo lo que
sabemos en modo acompañamiento.
Hay muchos tipos de acompañamiento, pero,
de todos ellos, el walking-bass es el más didáctico. Es una forma de
acompañamiento que se puede aplicar a muchos estilos, y tiene la ventaja de
que, si lo dominas, cualquier otro acompañamiento es pan comido. Estoy hablando
de lo mucho que nos enseña el walking-bass, aunque para construir líneas de
bajo en estilos concretos ―funky, reggae, crust-metal o ska― lo mejor será
empaparse de todas aquellas peculiaridades que dan el sonido característico a
dicho estilo. Los rudimentos del walking-bass se pueden consultar en este apartado de Bajo Mínimos.
En otros artículos hemos hablado de arpegios
y cómo enlazarlos (ver Enlazando arpegiosI y II). Estos artículos tienen más valor del que parece, desde el punto de
vista del aprendizaje, ya que, si bien el enfoque allí propuesto resulta
limitado a la hora de tocar, es mucho lo que nos enseña acerca de los arpegios.
¿Son importantes los arpegios? Cruciales. Veamos por qué.
Un arpegio y un acorde contienen las
mismas notas. Se diferencian en la forma de ejecutarse. Si tocamos todas las
notas del acorde a la vez, tocamos el acorde; si las tocamos de una en una,
tocamos su arpegio, o el acorde de forma arpegiada. Por ejemplo, si tocamos las
notas C E G B de una en una, y por este orden, estamos tocando un arpegio de
Cmaj7, mientras que si las tocamos todas a la vez, tocamos el acorde
mencionado. Aquí no trataremos de cómo ejecutar acordes en el bajo, sino de su forma
arpegiada, aunque debe quedar claro que, a efectos de notas, tanto "acordes" como "arpegios"
son términos equivalentes.
Los bajistas tocamos la tónica de cada
acorde más que cualquier otra nota, pero limitarse a las tónicas empobrece
mucho nuestro enfoque, y hace que muchos se pregunten qué hay más allá de la
tónica, o por qué los buenos bajistas parecen tocar lo que les da la gana, en
lugar de pasarse el concierto replegados en las tónicas. Antes de continuar
conviene tener claro el concepto de intervalo, primer concepto clave, y todas
las clases de intervalos que podemos formar. Después, segundo concepto clave,
conviene manejarse con los acordes, formados por intervalos, y sus diferentes tipos.
Sobre intervalos y acordes puede consultarse la sección de “Teoría” de la web
antigua, Bajo Mínimos, y lo mismo para el cifrado de los acordes, al menos los
básicos: mayor, menor, séptima, disminuido y aumentado. Me refiero a saber, o
poder calcular rápidamente, las notas que componen cada acorde, no a la función
de los mismos.
Ir a "Walking bass (II)"
Ir a "Walking bass (II)"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bajo Máximos te invita a comentar, ampliar o rebatir la información que acabas de leer