Un músico es
como un viajero. Hay ciudades que conoce a la perfección, pero desea conocer
otras. Tiene su técnica favorita, la que domina, y sus conocimientos de armonía
más o menos extensos, pero desea explorar otros territorios, convencido de que
encontrará tesoros que llevarse a casa y de que el viaje le resultará
enriquecedor.
Existen diversas
técnicas de ejecución en el bajo eléctrico: dedos, púa, slap, tapping… Incluso
dentro de ellas hay sub-técnicas, diferentes formas de usar los dedos o de
percutir las cuerdas en el slap.
Dejando de lado que siempre han existido genios, la realidad es que un bajista
suele destacar en una técnica más que en las otras. Incluso puede que prescinda
de todas menos una, siguiendo aquel refrán que dice que “el que mucho abarca,
poco aprieta”. Así, un experto en slap
puede que no sea muy hábil con los dedos y ni siquiera se plantee utilizar la
púa, mientras que alguien acostumbrado a los dedos es posible que ignore por
completo el slap (Jaco Pastorius, sin
ir más lejos).
Nadie te
obliga a dominar todas las técnicas, aunque si deseas dedicarte al bajo de
forma profesional es primordial que puedas defenderte en todas ellas, al menos
de una forma decente, ya que es posible que el que te contrata desee en un
momento determinado un poco de dedos, slap,
tapping o acordes para dar variedad a
la canción. Mejor todavía: aunque el jefe no te lo sugiera, puede verse
gratamente sorprendido si, al esbozar una canción, entras ejecutando una
técnica que se salga de la norma en comparación con el resto del repertorio.
Con esta
finalidad desarrollé un pequeño apartado de “Técnica” en mi web
original, Bajo Mínimos, a finales de 1998. No pretendía ser un dossier
exhaustivo, pero sí mencionar las principales y explicar en qué consisten para
que cada uno pudiera ampliar información por su cuenta, información que muchas
veces he ampliado desde los artículos de este blog.
Tengo que decir
que aquella página web, Bajo Mínimos,
sigue activa a día de hoy. Cuando entras con Google Chrome te aparecerá la
frase “No es seguro” en el cajetín de direcciones URL (wtf?), cosa que no
comprendo, ni tampoco los administradores del servidor. Estoy en condiciones de
garantizar la seguridad del acceso, ya que se trata de un servidor que corre
bajo Linux y sus esforzados administradores se pasan día y noche
monitoreándolo. No por mi contenido, desde luego, pero sí por otros que
comparten el hosting. Así que nada,
podéis entrar sin problema alguno.
Cuando
empecé a programar aquella web no existía PHP ni todas esas maravillas de la
tecnología que dan a las páginas de hoy ese aspecto tan admirable. La palabra
SEO no se conocía. Construíamos a base de prueba y error, experimentando
libremente. Cualquier experto en SEO de nuestros días te dirá que mi página es
un auténtico desastre en cuanto a diseño. Te dirá que no es SEO-friendly, y no seré yo quien lo discuta, puesto que tiene toda
la razón. Pero tengo algo para ese experto en SEO.
Es posible
que páginas con un SEO pobre queden apartadas del tráfico del ciberespacio,
relegadas al olvido y solamente rescatadas de cuando en cuando por algún
simpático bloguero que las da a conocer posteando un link. Sin embargo, tengo que decir que la mejor información que
jamás encontré en Internet provenía de páginas de este tipo, en un noventa y
cinco por ciento. Auténticas perlas en su contenido. Esos consejos dorados que
no te dice nadie, porque el que los sabe se los calla como una harpía para
tener ventaja sobre la siempre creciente manada de competidores.
Por
desgracia, la mayoría de estas webs han desaparecido. Desde aquí quiero emitir
un sincero homenaje a gente como Libby Bee (The Libster) o Marc Sabatella por
ser mis faros, mis guías, en aquel lejano cambio de milenio. Los sigo admirando
profundamente.
Ah, el
eterno debate entre forma y fondo, la visibilidad y el contenido. Entiendo que
es mucho más agradable leer una página donde sus contenidos son presentados de
forma impecable, páginas cuya producción cuesta, a veces, un dinero que algunos
no nos podemos permitir. Pero ¿es acaso un sitio web sobre bajo eléctrico un fin en sí mismo, un objeto
para ser contemplado? ¿Va a entrar en éxtasis alguien por el mejor hecho de
aterrizar en una web con un diseño que quita la cabeza?
Te pongo un
ejemplo. Si tuvieras que elegir entre una web con un diseño de rompe y rasga, cool hasta la muerte, pero con un
contenido regular, y otra de diseño simplón y colores chillones, pero con una
información realmente útil para mejorar tu forma de tocar, ¿cuál visitarías
primero?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bajo Máximos te invita a comentar, ampliar o rebatir la información que acabas de leer