sábado, 15 de marzo de 2014

Solos de bajo (II)

Sonido

Nuestro primer obstáculo. Ama tu sonido y siempre sonarás bien. Nadie entiende esta frase y yo no sé explicarla, pero funciona. Palabra. Un solo de bajo, grave y a poco volumen, es una invitación a iniciar una charla con los de al lado. Algunas ideas:
  • Sube el volumen. Desde el amplificador, desde el bajo, mediante un pedal o con la invaluable complicidad del técnico de sonido.
  • Añade agudos. Conecta un pedal de distorsión, wah-wah, flanger, o simplemente cambia la ecualización para que tu bajo suene más brillante. Después de todo, ya no estás acompañando, así que puedes permitirte licencias.
Acompañamiento

Al funcionar, temporalmente, en modo solista, alguien ha de hacerse cargo del acompañamiento, ¿no? No necesariamente. Disponemos de cuatro opciones básicas:

Solear acompañado por el grupo

Como cualquier solista. La banda toca la progresión de acordes y nosotros fraseamos. Será conveniente que toquen a menos volumen, para que se entienda la parte del bajo. Basta con unas notas clave aquí y allá, marcando acordes, y en una tesitura aguda, para no interferir en el registro del bajo. Si el guitarrista se niega a cooperar hazle saber que, en el próximo solo que él haga, tú dejarás de tocar. No falla.




Solear acompañado por el batería

Funciona, en especial, si el batería sabe reaccionar a lo que estás tocando. Con una sencilla pulsación sería suficiente, un golpe de charles constante. Eso te permite inter-actuar con el ritmo, como veremos más adelante. Nos hemos "liberado" de otros instrumentos, pero también del acompañamiento armónico. ¿Podemos marcar la armonía y ejecutar el solo al mismo tiempo? Lo veremos más adelante.
    
Solear acompañado por la tecnología

Hay que estar preparado por si la ayuda no llega. Una opción interesante es disponer de un pedal tipo loop station. Podemos grabar un acompañamiento sencillo y el pedal lo repetirá, continuamente, mientras fraseamos. Ya lo hacía Jaco a finales de los setenta, como puede escucharse en el directo de Weather Report titulado "8:30".

Solear en solitario

El zénit, no cabe duda. ¿No hay acompañamiento? No hay problema. Mientras fraseamos podemos:


  • Tocar la tónica del acorde al mismo tiempo. Complicado, pero no imposible.
  • Tocar la tónica del acorde, de cuando en cuando, para recordar al oyente en qué acorde estamos.
  • Tocar la tónica del acorde, situada en una cuerda al aire. Inconveniente: son limitadas.
  • Combinar, según el momento, las tres anteriores.
Existe otra forma de solear que nos liberará por completo de tocar tónicas.



viernes, 14 de marzo de 2014

Solos de bajo (I)

Esto sí es transgresor. No tanto como un solo de triángulo, o uno de silbato, pero ya marca un nivel. Y, sobre todo, actúa a modo de espada, ya que divide a los bajistas, y al resto del mundo, en "a favor" y "en contra". Aquí no estamos totalmente a favor ni totalmente en contra de ellos. Son una opción. No sería bueno estar haciendo solos todo el rato, pero tampoco hay que evitarlos como si se tratara de un virus.

Consideraciones previas

He de confesar que a mí no me gustaban hasta hace unos años. Siempre he preferido el efecto del bajo sobre el conjunto de la pieza que en un solo. Pero esto no es más que mi opinión. Ya dimos algunas pautas en Bajo Mínimos, hace muchos años, y siguen vigentes. Puedes añadirlas a este artículo.

Tratándose de solos, el bajo tiene un gran handicap, o desventaja de partida. La misma desventaja que enfrenta cualquier otro instrumento de registro grave, como la tuba o el fagot. Un solo de guitarra, con tan solo ser correcto, levanta aplausos; uno de bajo, aun siendo buenísimo, puede dejar al público indiferente. Así es el mundo. Y todavía estás a tiempo de cambiar de instrumento.

Como dice el chiste, "todo el mundo se pone a hablar durante un solo de bajo". Es cierto. Si eres bajista lo percibes de forma distinta, se convierte en algo más personal, pero el resto del público, lo único que ve es alguien sudando tinta, y sólo escuchan un gutural  "ump, ump, ump". Sobre todo, después de escuchar varios solos de guitarra o saxo. Es como colocar un tractor en las 500 millas de Indianápolis.


De todo esto se deduce que hace falta una dósis considerable de valor, osadía y coraje o inconsciencia para hacer un solo de bajo en público. Así que, si lo haces, mi aplauso ya lo tienes.

Venciendo obstáculos

Desde luego, lo más fácil es pasar del solo. O efectuar unos pasos de claqué cuando la cantante de la banda insiste en anunciar por el micrófono un solo de bajo. Pero si eres de los que nunca se rinden, o de los que piensan "si Jaco lo hacía, yo también", veamos algunas estrategias para salir airoso de tamaña empresa. Estrategias relativas al sonido, al acompañamiento y a la ejecución. O cómo transformar un angustioso momento de pesadilla en un buen momento.


jueves, 13 de marzo de 2014

Estrategias de fraseo (y III)

  • Crea un algoritmo de frase y "paséalo" por las notas del acorde. Por ejemplo: silencio + nota + semitono descendente + nota + semitono ascendente + nota + semitono descendente + nota (fig. 1). Tranquilo, es más complicado de escribir que de pensar.
Fig. 1
  • Amplía el "paseo" mencionado a las tensiones. Por ejemplo, novena.
  • Si estás tocando sobre una progresión de acordes, "pasea" tu/s estrategia/s por toda la progresión.
  • Realiza cromatismos (fig. 2)
Fig. 2
  • Alterna distintos modos o escalas. Sobre acordes mayores puedes usar jónico, lidio, mixolidio o pentatónica mayor; sobre menores, dorio, frigio, pentatónica menor, escala menor húngara, menor natural, menor armónica o menor melódica. Sobre un acorde mayor puedes usar lo que funciona para su relativo menor, y viceversa.
  • Haz pausas. Es todo un arte. Bien colocadas crean espectación en el oyente.
  • Rompe patrones. Son muchos los caminos que podemos trazar entre una nota de partida y una de llegada, pero tendemos a utilizar sólo unos cuantos. Es interesante salir de nuestra zona de comodidad y  explorar otros caminos. También puedes digitar de forma imprevista, por ver dónde te lleva, y arreglar el resultado.
  • Si tu frase es pobre o deficiente no todo está perdido. Un buen final de frase hará que todo vuelva a su sitio.
  • Este truco es clásico: si cometes un error de bulto, repítelo varias veces. Ya no parece un error.
  • Combina dos o más de las anteriores. Por ejemplo: realiza un ostinato y repítelo en otra octava.
  • Escucha las sonatas para piano de Beethoven. Su desarrollo de motivos musicales (frases) es magistral. Nunca te aburrirás.

Notas disonantes. ¿Error u oportunidad?

      Si nuestra frase debe encajar en el acorde, o acordes, sobre los que toquemos; si, como siempre, es mejor colocar notas del acorde en los tiempos fuertes, y notas de paso, tensiones, etc, en los tiempos débiles; entonces, demasiada restricción puede bloquear nuestra imaginación. Para desbloquearla nada mejor que perder el miedo a las notas disonantes, aprovechándolas a nuestro favor. Si caes sobre una nota disonante, úsala para crear tensión. Después de todo, sólo hemos aplazado la ejecución de una nota consonante. Este recurso puede ser muy útil, como vemos en el ejemplo de la figura 3.


Fig. 3


miércoles, 12 de marzo de 2014

Estrategias de fraseo (II)

      Un momento. Estas estrategias, ¿no se mencionaron al hablar sobre la construcción de líneas de bajo? Desde luego, pero hay una diferencia fundamental. Al construir líneas de bajo funcionamos en modo acompañamiento, es decir, pensamos más en la armonía. Al construir frases, compuestas o improvisadas, funcionamos en modo solista. Es decir, pensamos más en la melodía. En modo solista nos podemos permitir tantas licencias como cualquier otro instrumento. En modo acompañamiento o bajista típico estamos más obligados a cimentar ritmo y armonía.

        Si te falta inspiración puedes explorar alguna escala, o las notas del acorde, en busca de ella. Eso sí, existen maneras de hacerlo. Frasear no es dar palos a ciegas.

       Algunas estrategias para evitar que explorar una escala se convierta en tocar la escala:

  • Repite notas (fig. 1)
Fig. 1

  • Repite pequeños grupos de notas (fig. 2)
Fig. 2

  • Repite una frase en otra octava (fig. 3)
Fig. 3

  • Realiza un ostinato. Como indica la palabra, consiste en obstinarse con una nota (fig. 4)
Fig. 4

  • Crea un esquema rítmico y "paséalo" por las notas del acorde (fig. 5)
Fig. 5




martes, 11 de marzo de 2014

Estrategias de fraseo (I)

   El fraseo consiste en ejecutar frases musicales con un instrumento. Dejar que el instrumento hable, aunque nunca lo hará, sino que tendremos que "hacerle hablar". La frase musical se distingue del bombardeo de notas en que es una unidad musical cohesionada, con personalidad propia, con sentido, estética y significado. Es un acto consciente de hacer música. No son sólo notas. Juega un papel importante su duración, su intensidad, se forman síncopas o se intercalan silencios.

      La frase musical se puede cambiar de altura o de modalidad. Se pueden utilizar sus notas, por el mismo orden, para construir otra frase. Se puede utilizar su esquema rítmico para formar otras frases. Se puede desarrollar, expandiéndola o acortándola. Se pude tocar al doble de velocidad o a la mitad. Un sinnúmero de posibilidades. A veces, la frase se articula como pregunta, a la que sigue una respuesta. Ahora tenemos un par de frases, un potente binomio que amplía, aún más, las posibilidades.

     Los grandes compositores clásicos (Bach, Beethoven...) y los grandes improvisadores de jazz, (Miles Davis, Coltrane) eran maestros en este arte. Los primeros, componiendo; los segundos, componiéndolo en el mismo instante de tocarlo. Es decir, improvisando.



     Un solo es una improvisación, aunque de mayor duración, creando cierto clímax, etc. Una improvisación puede limitarse a una frase al final de la progresión de acordes, como en el blues. Ambos, solo e improvisación, echan mano del fraseo.

   Veamos una serie de estrategias que no funcionan como dogmas, sino como ideas para expandir, desarrollar y mejorar nuestros fraseos.
  • Crea frases de memoria. Cuanto más entrenes tu oído, más capacitado estarás para producir frases no sólo correctas, sino interesantes. Sobre una progresión de acordes, o un solo acorde, canta frases musicales. No importa tu técnica de canto.
  • El subconsciente puede traicionarnos, y lo hará. Si escuchamos a diario cierto artista o estilo musical, es probable que se nos ocurran plagios inconscientes al improvisar. Habrá que evitarlos. Aunque componer al estilo de un artista conocido también es un buen ejercicio.
  • Aprende a componer frases. Escríbelas o grábalas. Aquí, puedes tomarte tu tiempo, ya que no existe la presión de tener que hacerlo en tiempo real frente a una audiencia.
  • Intenta pensar la frase y después ejecutarla con el bajo. Cuanto más reduzcas el tiempo entre pensar y tocar, mejor.