Similar a la
inversión de intervalos. Un acorde en estado
natural es aquel cuya distribución de notas, de grave a agudo, es la
siguiente: tónica, tercera, quinta y séptima. Además, puede llevar más
extensiones, como novena, etc, pero aquí reduciremos las opciones para una
mejor explicación. Por ejemplo: Cmaj7 = C E G B (Fig. 1).
Fig. 1
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Si este
acorde, en lugar de comenzar por la tónica empieza por la tercera, siguiendo el
mismo orden, se dice que está en primera
inversión. En el
ejemplo anterior sería: Cmaj7 primera inversión = E G B C (Fig. 2).
Fig. 2
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Análogamente,
podemos lograr una segunda inversión si la quinta está en el
bajo: Cmaj7 segunda inversión = G B C E (Fig. 3).
Fig. 3
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Incluso una tercera inversión si colocamos la séptima en el bajo. Y así sucesivamente.
Si un
guitarrista toca solo puede ejecutar el acorde como crea conveniente, ya sea en
estado natural, primera inversión, etc. Es decir, decide qué nota colocará en
el bajo. Pero si está tocando junto con un bajista, la decisión de qué nota
sonará en el bajo será del bajista. En otras palabras, el bajista decide si el
acorde sonará en estado natural o en cualquiera de sus inversiones. Por
defecto, el bajista hace que los acordes suenen en estado natural, favoreciendo
la tónica del acorde en el primer tiempo del compás a cada cambio de acorde.
Esto lo
podemos escribir en forma de acordes barrados. Así,
por seguir con el ejemplo anterior, un Cmaj7, así escrito, siempre estará en
estado natural; Cmaj7/E implica primera inversión; Cmaj7/G implica segunda
inversión; Cmaj7/B implica tercera inversión. Etcétera. Esto no quita para que
el guitarrista, independientemente de lo que está escrito, se tome la libertad
de tocar el acorde en la inversión que considere oportuno. Ya hemos visto que,
al tocar en conjunto, la inversión es una decisión del bajista.
Fig. 4
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Al mismo
tiempo, cada acorde puede recibir distintos nombres. Por ejemplo,
C6 y Am7 contienen las mismas notas. C6 = C E G A; Am7 = A C E G
(Fig. 5).
Fig. 5
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Un Am7 en primera inversión es idéntico a un C6. ¿Cómo sabemos cuál
es? La norma es que la denominación de acordes debe ir siempre en
consonancia con el contexto, pues la escritura musical siempre debe
guiar al músico, no hacer que se pierda a toda costa.
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