Es posible que ninguno de
nuestros grooves sea premiado. Sin embargo, ejercitar nuestras
habilidades nos coloca más cerca del groove definitivo... en
caso de que exista. No toda línea de bajo debe
ser genial, pero sí funcional.
Y, ¿qué ocurre si el ritmo cambia a semicorcheas? En la figura 1 vemos cómo nuestra línea formada por corcheas encaja con el nuevo ritmo, a pesar de ser un ritmo no muy afortunado. No crea muy buen groove, pero sigue siendo correcto y, si lo escuchamos atentamente, posee una polirritmia efectiva.
Fig. 1 |
Recapitulando, nuestras posibilidades sobre esquemas rítmicos incluyen:
- Tocar corcheas sobre semicorcheas y viceversa
- Tocar ritmos binarios sobre ritmos ternarios y viceversa. Esto incluye tocar tresillos en ritmo binario o dosillos en ritmo ternario
- Tocar figuras de nota superiores a la subdivisión mínima, así como introducir silencios y síncopas
- Modificar el esquema rítmico continuamente
Podemos efectuar frases de un compás,
de dos, de cuatro, de ocho, etc. Si las creamos de un número impar de compases
producirán cierta tensión, interesante o no dependiendo del contexto. Pero si modificamos el esquema rítmico de
nuestra línea de bajo cada dos por tres, eso no crea un groove.
- La elección de notas
La segunda mitad de toda línea de
bajo. En general, cuantas más notas usemos, más probabilidades de recargarla. En la figura 2 vemos un ejemplo de línea donde hemos utilizado las doce notas de la escala. Es decir, todas.
Se puede comprobar que, aparte de su difícil ejecución, no sirve muy bien su propósito de hacer que la canción camine. Veamos otra forma de resolverlo con el mismo esquema rítmico y sólo tres notas (fig. 3).
Una pregunta que aparece continuamente. El esquema rítmico del bajo, ¿debe coincidir con el del bombo de la batería? No. Es una de las mil posibilidades que tenemos, y produce un
efecto muy concreto, pero no es obligatorio. Úsala cuando quieras que tus notas se vean reforzadas por
los golpes del bombo. El resto del tiempo, experimenta con otros esquemas
rítmicos.
Hasta aquí hemos visto cómo crear un groove a medias con nuestro batería. Hemos supuesto que no existen ritmos producidos por otros instrumentos, patrones estilísticos o acordes que nos condicionen. A continuación veremos cómo proceder cuando se dan estos elementos.
Fig. 2 |
Fig. 3 |
Hasta aquí hemos visto cómo crear un groove a medias con nuestro batería. Hemos supuesto que no existen ritmos producidos por otros instrumentos, patrones estilísticos o acordes que nos condicionen. A continuación veremos cómo proceder cuando se dan estos elementos.
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