viernes, 10 de octubre de 2014

Libros, cursos y vídeos (I)

Hace poco entré en un foro de bajistas que visito con frecuencia, Basstardos.com, y descubrí a un tropel de ciber-bajistas compartiendo libros con voracidad. Libros sobre diversas técnicas o estilos aplicados al bajo eléctrico. Me pareció muy sano, hasta me dieron envidia. Me recordaron a mí, hace muchos años, con la gran diferencia de que entonces no circulaba tanto material como el que hay ahora en Internet, y esto hacía que cualquier partitura medio decente tuviese más valor que un litro de agua fresca en medio del desierto. Al final, no pude contenerme, porque soy un adicto, y tuve que hojear siete de aquellos libros.

No lo puedo evitar. Siempre que veo un libro sobre bajo eléctrico, teoría musical, armonía, música en general, tengo que saber qué tiene dentro. Antes de compartir unos pensamientos acerca del material didáctico que nos desborda, aprovecho para dedicar este artículo a todos los foreros y moderadores de ese foro tan majo que he mencionado más arriba, a quienes debo la motivación para escribirlo. Va por ustedes.

A lo largo de mi vida musical, que empieza a ser larga, he hojeado montones de libros sobre los más diversos aspectos de la música, teórica y práctica, en especial en lo referente al bajo eléctrico. Y no sólo libros, sino también vídeos educativos o entrevistas con músicos. Desde luego, algunos son joyas. El noventa por ciento, sin embargo, me sirvieron de bien poco.




Con libros y vídeos educativos se cumple aquel proverbio zen: "cuando el alumno está preparado, el maestro aparece". Esto tiene más enjundia de la que parece. ¿Por qué no aparece el maestro antes y le evita al inexperto alumno unos cuantos tropezones? De hecho, sí lo hace. El maestro ya llevaba allí un buen rato, pero el alumno era incapaz de verlo porque no estaba preparado. Y no sigo con las tortugas y los ríos porque me desviaré del tema.

Así es. Lo que hace a un libro útil o inútil no es el autor —lo cual explica por qué algunos vídeos de mis bajistas favoritos me parecen infumables—, sino nosotros. Mejor dicho: nuestro estado de aprendizaje. Nuestra ubicación en el largo camino de la Música. Unos libros son demasiado avanzados y otros demasiado básicos. El bueno es el que nos hace avanzar; el que nos hace recuperar el interés por estudiar un poco cada día y probar cosas nuevas; el que nos inspira; el que nos roba horas de sueño.




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