Hay un libro que merece mención especial,
y es el Real Book. Jazzeros y no tan jazzeros, de los últimos treinta años o más, se han visto absorbidos por este fenómeno. Apuesto a que la mayoría de nosotros
hemos tenido nuestra "etapa" de Real Book. No hay duda, es un trabajo
notable, una gran colección de standards, etcétera. Y no voy a ser yo quien le
reste importancia como material de apoyo básico. Aún con todo, creo que es una
etapa de las que hay que superar.
El Real Book no es la Biblia del jazz ni
de la armonía. Y llegados a un punto nos puede hacer más mal que bien. Nos
puede hacer libro-dependientes y de lo que se trata es de tocar. Cuando ves una
orquesta sinfónica en plena ejecución, ¿qué ves? Nada, porque las partituras lo
tapan todo; cuando ves un cuarteto, trío o quinteto de jazz legendario,
¿cuántos papeles ves? Ni uno. Eso es jazz: improvisación.
Muchas partituras del Real Book contienen
errores. Muchas contienen acordes que son sustituciones de otros. Es más
recomendable trabajar nuestro oído musical que acatar de forma dogmática esas páginas.
Si uno quiere tocar jazz —o blues— tiene que
empaparse del sonido, tararearlo hasta durmiendo. Los cambios de acordes, las
armonías, deben resultar predecibles, tenemos que estar cansados de oírlas.
Sólo así asimilaremos completamente el espíritu de esta música. Después será
más fácil tocarlo. Aprender un standard de jazz de oído antes de mirar la partitura es una buena estrategia.
La música tiene su parte intelectual y
teórica, pero debe haber un equilibrio. Una vez conocí a un tipo que lo sabía
todo sobre armonía. Te podía decir, sin pensar y de carrerilla, las notas que
formaban el acorde más raro que le preguntases; la escala más rara empezando
por la nota más inusual; y un montón de cosas más. Sin embargo, no tocaba
ningún instrumento. Sólo estaba fascinado por la matemática musical. Nosotros,
en cambio hemos de hallar ese equilibrio: entre la teoría, la técnica y el
desarrollo del oído. Y alguna cosa más, pero todas son importantes.
Por experiencia puedo decir que muchos
libros me han abierto la mente. Han sido auténticas revelaciones. Es increíble
todo lo que se puede hacer con un bajo y a uno nunca se le había ocurrido.
Tesoros, ya lo creo. Y también son tesoros esos momentos en directo, en
conciertos, ensayos o jam-sessions, incluso en prácticas caseras, donde he comprobado que
la teoría funcionaba. O simplemente, por inspiración llegada de otros mundos, he logrado
escuchar cómo encajaban, de pronto, las piezas del puzzle. También son momentos
mágicos.
Hola, coincido contigo en lo referente al Real Book, me he topado con varios errores o sustituciones que me complican la vida más de lo que debiera ser.
ResponderEliminarPor otra parte, me gustaría saber ¿cuáles son esos libros de bajo que te "han abierto la mente"? Saludos.
Lo bueno de las sustituciones es que amplía tu forma de ver los acordes. La única diferencia entre un C6 y un Am7 es la nota que toca el bajo. El bajo decide el acorde, lo cual también es una responsabilidad.
EliminarLibros que recuerdo, por ejemplo, "Expanding walking bass lines", de Ed Friedland. También "Reggae bass", del mismo autor. Dicen la verdad, que es lo que valoro de los libros o vídeos, en lugar de poner innumerables ejercicios para llenar papel. Muchas gracias por el comentario. Un abrazo!
Gracias por responder, apenas voy checando. Buen punto el que mencionas de la responsabilidad del bajo, no lo había visto de esa manera.
ResponderEliminarPor cierto, me parece muy buena tu página, hace años la había visitado (o la de Mínimos, no recuerdo) y por una u otra razón le perdí la pista hasta hace poco. Saludos desde México.
Gracias, Charly. Me alegro mucho de que te guste. Esta es tu casa. Un abrazo!!
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