Introducción
Al igual que existen diferentes técnicas de dedos para pulsar las cuerdas con la mano derecha, el slap agrupa diversas técnicas que podemos utilizar todas juntas o prescindir de algunas de ellas, dependiendo del efecto deseado. Aunque el sonido se produce con los dedos, se diferencia de las técnicas habituales en que no pulsa las cuerdas, sino que, o bien las percute (usando el pulgar, sobre todo) al modo de los mazos de un piano, o bien las hace restallar contra el diapasón del bajo.
Al igual que existen diferentes técnicas de dedos para pulsar las cuerdas con la mano derecha, el slap agrupa diversas técnicas que podemos utilizar todas juntas o prescindir de algunas de ellas, dependiendo del efecto deseado. Aunque el sonido se produce con los dedos, se diferencia de las técnicas habituales en que no pulsa las cuerdas, sino que, o bien las percute (usando el pulgar, sobre todo) al modo de los mazos de un piano, o bien las hace restallar contra el diapasón del bajo.
La
diferencia que marca, pues, el slap se refiere al sonido. Además ofrece la
posibilidad de introducir notas fantasma, o ruidos sin afinación, intercalados de forma conveniente con las notas reales para producir un
característico estilo percusivo que, engarzado con el ritmo de batería, ayuda a
definir, y añade interés, al ritmo de la canción. Aunque la ecualización a
utilizar es siempre un asunto personal, hay que tener en cuenta que si resaltamos
agudos y medios conseguiremos más definición de las notas falsas y el restallar
de cuerdas, como es fácilmente comprobable. También ayuda el hecho de que las
cuerdas sean lo más nuevas posible.
Es importante, si uno está empezando, tener en cuenta que hay diversos factores que condicionan el sonido slap, siendo lo clásico utilizar cuerdas de no muy grueso calibre, reducir al máximo la distancia entre estas y el diapasón, utilizar ecualizaciones ricas en medios o agudos ―sin perder los graves de la cuarta cuerda― y, por descontado, utilizar cuerdas de entorchado normal (roundwound).
La
zona donde percutiremos con nuestra mano derecha, preferentemente, es la que
forman los últimos trastes del diapasón, donde el mástil se une al cuerpo:
Pese
a que lo tradicional es utilizar un bajo con trastes, ya sea de cuatro, cinco o
más cuerdas, algunas técnicas de slap se emplean con excelente resultado tanto
en bajos sin trastes como en contrabajo. También es posible ejecutar slap con un Rickenbacker 4001-4003. Su
pastilla cercana al mástil dificulta el popping, pero su sonido brillante lo
convierte en ideal para otras técnicas de slap, como el doble pulgar.
Recordemos
que, al igual que sucede con cualquier otra técnica, es conveniente llevarnos
el slap a nuestro terreno, lo que se traduce por hacerlo personal. Si nos
fijamos en slaperos tan fieras como Larry Graham ―descubridor de la técnica―,
Louis Johnson, Bootsy Collins, Stanley Clarke, Marcus Miller, Mark King, Flea,
Les Claypool, Stu Hamm, Victor Wooten o Pepe Bao, veremos el terreno común de
todos ellos y el terreno propio de cada uno. Una vez dominada la técnica y
establecida una eficiente coordinación de manos, la elección de notas para
construir fraseos dependerá de los conocimientos armónicos, y del gusto
personal, de cada uno.
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