Los dos primeros puntos redundan en conceptos ya explicados en Bajo Mínimos, al tiempo que los completan. Quien ya esté familiarizado con los rudimentos del slap puede saltar, tranquilamente, al punto 3.
Vamos
a agrupar las diferentes técnicas de slap sin que se nos quede fuera ninguna
importante. Al mismo tiempo, si uno está empezando a slapear desde cero,
aprender las distintas técnicas por el orden que se presentan aquí es el mejor
camino para progresar dominando las bases.
- El
pulgar
El pulgar, percutiendo las cuerdas en
perpendicular al mástil, es lo primero que conviene dominar. No lo mantengamos muy
rígido, podría agarrotarnos el brazo. Con el tiempo, nuestros golpes de pulgar
irán adquiriendo mayor precisión, claridad y fuerza. El pulgar tiene que
encontrarse con la cuerda en paralelo, percutiendo ésta en perpendicular, mejor si es en la mitad superior de la cuerda, y
alejándose luego en la dirección opuesta. La zona de impacto en el pulgar será
la formada en su lado izquierdo, entre la punta y el hueso del nudillo.
Percutir con el hueso saca muy buen sonido, pero puede ser doloroso.
El ejercicio
1 es una simple línea de bajo con la que podemos practicar esta técnica. Lo
que nos interesa, de momento, es adquirir precisión y limpieza de sonido,
evitando golpear cuerdas no deseadas:
Golpear las cuerdas con el pulgar es lo
que se conoce como slap. Así que ya
nadie puede decir que no sabes tocar slap.
- El
pulgar combinado con el índice
Vamos a añadir otra forma de hacer sonar
las cuerdas que se complementa con la anterior, la del pulgar. Es lo que se
conoce como pop, y consiste en situar
nuestro dedo índice de la mano derecha debajo de la primera cuerda y hacerla
restallar contra el diapasón. Igual que lanzar una flecha con un arco. Aunque
se ha descrito para la primera cuerda, por ser más fácil, en realidad funciona sobre
cualquier cuerda.
Una técnica básica consiste en combinar slap y pop ejecutando octavas, como muestra el ejercicio 2. Marcamos con una “P” las notas que han de ser percutidas por el pulgar (slap); y con una “I” las notas que restallan (popping):
Así como el pulgar (slap) se puede
utilizar como única herramienta (a veces como doble pulgar, como veremos más
adelante), el índice (pop) casi siempre se usa combinándolo con el pulgar.
Hasta
aquí, nuestra técnica de slap resulta de lo más limpia, nadie lo duda. Hemos
establecido una diferencia importante con respecto a la púa o los clásicos dos
dedos. Ahora tenemos la ocasión de introducir matices y riqueza a nuestras
líneas de slap, añadiendo una serie de sonidos que no tienen afinación y son
puramente percusivos. El objetivo se podría visualizar como tocar el bajo y la
batería al mismo tiempo, lo que no quiere decir que tengamos que coincidir
exactamente con el patrón de batería que esté sonando.
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