lunes, 10 de marzo de 2014

Sacar líneas de bajo

      Hemos hablado sobre el arte de construir nuestras propias líneas de bajo. Otras veces, se nos plantea el reto de sacar una línea de bajo ya hecha, ya grabada, incluso consagrada. Unas veces nos dan la partitura con la línea de bajo escrita; otras, nos dicen el título de la canción y es tarea nuestra reproducirla.

      Existen dos formas de acometer esta tarea: transcribir la línea de bajo o, simplemente, sacarla de oído.

      Transcribir líneas de bajo, o de otro instrumento, es un ejercicio que enseña mucho, y que recomiendo. Desarrolla nuestro oído musical hasta donde nunca pensamos que se pudiera. No obstante mi consejo, sé de antemano que pocos serán los que se aventuren por esa senda. Se trata de una ardua tarea, al comienzo, que poco a poco se va haciendo más llevadera. Sacar líneas de bajo de oído es lo mismo que transcribir, sólo que sin escribir el resultado.

El problema y sus (posibles) soluciones

     El bajo, parece ser su destino, aparece enterrado en la mezcla. El productor lo coloca pegado al bombo de la batería, en términos de frecuencias sonoras, y esto hace que, en ocasiones, sea difícil distinguir un golpe de bombo de una pulsación del bajo. Por no hablar de esas ocasiones en que, directamente, no se perciben las notas del bajo. Tan solo un sonido grave continuo que parece cambiar al mismo tiempo que los acordes.



      Podemos fijarnos en la parte de otro instrumento y sacar los acordes. Estos acordes, a su vez, nos dirán la tonalidad (o tonalidades, si hay alguna modulación). Esto ya nos limita bastante la elección de notas. Si la canción está en tonalidad mayor podemos probar con varias escalas mayores. Lo mismo si es menor. En ambos casos podemos echar mano de escalas pentatónicas.

      Podemos buscar los acordes de la canción en Internet... y esperar que sean los correctos.

    También podemos usar la tecnología. Existen aplicaciones de software que nos permiten retardar la velocidad de la canción para, así, poder fijarnos menor en las notas del bajo, en algún pasaje muy rápido. Además, con un ecualizador de bandas podemos atenuar algunas frecuencias que nos molesten y potenciar otras.

    No siempre aparecerá la línea de bajo al potenciar las frecuencias graves. Es útil probar todo tipo de ecualizaciones, por extrañas que parezcan, hasta conseguir escucharla con la mayor nitidez posible.

     Y, por obvio que sea, lo diré: la forma de mejorar es practicando.


4 comentarios:

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