Continuamos viendo algunos consejos para dar sabor a nuestras líneas
de walking bass.
Uso de la octava
Es una forma de añadir variedad sin cambiar de nota, pero sí de
altura. En la figura 1 podemos ver cómo, después de alcanzar la tónica de un
acorde nos dirigimos a su octava, notas de paso mediante, sin tener que pensar
en terceras o quintas. Puede servir de comodín si nos quedamos en blanco y no
recordamos la estructura del acorde que tenemos entre manos.
Descansar en la tónica
Podemos “quedarnos” en la tónica durante un compás cuando hay
varios compases seguidos bajo el mismo acorde. Todo requiere un equilibrio y,
en determinados pasajes, puede ser útil efectuar esta técnica. Produce el
efecto de habernos detenido, aunque no lo haga el resto de nuestros compañeros.
Restamos velocidad a la máquina, sensación de movimiento. Y esto es importante
porque, cuando volvamos a ponernos en marcha, el efecto de movimiento se
acentuará. Es casi como crear suspense (interés). Podemos verlo en la figura 2.
Fig. 2 |
Caer en otra nota del acorde
Alcanzar la tercera del acorde, o
la quinta, en lugar de
siempre la tónica. Para ello hay que desarrollar la capacidad de ver mas allá
del gráfico, es decir, ver también el gráfico del acorde siguiente superpuesto
al actual, como vemos en la figura 3. Imaginemos que queremos ir desde E+
hasta Am7 y luego hasta Bm7b5. En el gráfico de la izquierda vemos la
estructura de los acordes: E+, de color verde; Am7, de color café;
y Bm7b5, de color azul. En el gráfico de la derecha vemos uno de los
posibles caminos para alcanzar, desde E+, la tercera de Am7 (C), y
después, la quinta disminuida de Bm7b5 (F). Secuencia: T - X - #5 - Y - b3 - X - T - Y - b5 - X - T.
Fig. 3 |
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